El Instituto de Seguros de Jujuy (ISJ) gestionó una intervención de alta complejidad, realizada en el sanatorio Los Lapachos, con profesionales médicos de Buenos Aires, en lo que fue la primera práctica de este tipo de cirugía en la provincia y en el norte del país, con un costo aproximado en $35.000.000.
El procedimiento se extendió por 3 horas aproximadamente y consistió en corregir una comprensión de una hernia de disco en la columna del paciente, con antecedentes de obesidad y dolor crónico intratable, mediante la colocación de un implante en esa región previo tratamiento médico.
Al respecto, el doctor Esteban Lamas sostuvo que “la importancia de la intervención quirúrgica se basa en que sea beneficioso para el paciente de 47 años y que pueda recuperar su calidad de vida, pero sobre todo evitar el desarraigo del paciente y la familia”.
Destacó “la voluntad de la obra social para resolver este tipo de situaciones que afectan no solamente al afiliado, sino también a su entorno y grupo familiar”.
El equipo médico que intervino en el procedimiento, estuvo integrado por diversos profesionales, entre ellos el neurocirujano Juan Zaloff Dakoff, proveniente de la Provincia de Buenos Aires y su equipo, sumado al equipo de profesionales locales coordinado por el doctor Esteban Lamas y técnicos, anestesiólogo, médicos de rayos X y otros especialistas.
Por su parte, el doctor Zaloff Dakoff explicó que se realizó el implante de un neuroestimulador medular, una tecnología novedosa para la región, pero que se utiliza ampliamente en todo el mundo y permite mejorar la calidad de vida de los pacientes con dolor, detallando que se colocó un electrodo sobre la médula del paciente y ello contribuye a disminuir el dolor, que no se puede realizar con fármacos u otro tratamiento.
Ponderó que para aplicar ese tratamiento se realiza una selección del paciente, que son refractarios a otros tratamientos médicos, como intervenciones de fisioterapia y el paciente aun así no mejora su patología.
Indicó que a posterior de la cirugía, se realizan controles de los programas neuroestimuladores, y con ello se podrán llevar un monitoreo de los niveles de dolor del paciente, con lo cual la persona llevará un nivel de vida normal y en una primera etapa tendrá restricciones propias del procedimiento y luego del tercer mes mejorará su calidad de vida.